Este pueblo y lo que en él observamos, bien merecen un post.
La casualidad ha querido que nos encontremos con que esta preciosa villa conocida como la Cartagena del interior, que está a 2100 metros de altitud se encuentre celebrando sus fiestas patronales y su enorme plaza principal, esté estropeada visualmente con un escenario, puestos de comida rápida y las atracciones de feria. Todo cabe, pero mancha la imagen.
Pronto nos adaptamos y nos unimos a la celebración. Las bandas que el "ingeniero alcalde" ha contratado son de músicas típicas de la zona, folclore y una orquesta que ameniza la noche del sábado. La primera noche, entre canción y canción, sube la policía al escenario para comunicar al speaker que avise a los padres de un niño de 2 años abandonado en un Renault 4 rojo. Aquí la gente bebe como si no hubiera un mañana. Los fuegos artificiales son todos los días y duran una hora. Hay una especie de procesión con una imagen de la virgen del Carmen custodiada por coches y camiones abusando del claxon que se mezcla con las actuaciones del escenario principal cuando por allí pasa. Hemos visto a un cura bendiciendo a un coche echando agua bendita al motor y a la familia que lo ha adquirido.
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